Carlos Delannoy
Un director del famoso Musée de Histoire Naturelle des Tropiques
en Europa contrató a un biólogo local en una República Caribeña para colectar ejemplares de aves residentes. El director del Musée
indica al biólogo que tiene que colectar 1500 ejemplares de 75 especies. El conocimiento sobre los requisitos biológicos y poblacionales de las aves en la República Caribeña es fragmentado en la mayoría de los casos, inexistente en otros.
El biólogo trabaja en el Ministerio de Agricultura, agencia reguladora y custodio del patrimonio natural de la República Caribeña. Parte de su trabajo es precisamente investigar los requisitos
biológicos y poblacionales de las aves en la República Caribeña. Decide realizar el trabajo en su tiempo libre y cobrará el equivalente a seis meses de su salario.
Su compañero de oficina es el
oficial que expide permisos para colectar ejemplares de fauna y flora. El oficial de permisos tiene dudas o reservas sobre la cantidad de ejemplares a colectar y lo que esto podría implicar con relación a algunas
de las aves. El no es experto en aves. Aún así, como la propuesta no implica violación alguna de la reglamentación vigente de su país para estos casos, el oficial le concede el permiso a su compañero de
oficina.
¿Debió el biólogo aceptar el contrato con el famoso Musée mientras trabaja para el Ministerio de Agricultura de la República Caribeña? ¿Por qué?
Digamos que el biólogo no trabaja para el
Ministerio de Agricultura, pero está consciente de las debilidades de la reglamentación vigente y del pobre estado del conocimiento de los requisitos biológicos y poblacionales de las aves en la República. Digamos
también que él está consciente de que el Ministerio le otorgaría el permiso. En ese caso, ¿hay algo que deba hacer antes de solicitar el permiso? ¿Qué debe hacer? ¿Por qué?
Desde el punto de vista ético,
¿habrá omitido algún paso importante el oficial al otorgar el permiso?